El Razonamiento y las Emociones: ¿Deben de estar separadas?
Imaginemos por un momento que nuestra mente es una barca navegando por el océano de los cientos de decisiones diarias, sacudiéndonos como si fueran olas. En esta barca, tenemos dos remos poderosos: el razonamiento y las emociones, aunque tradicionalmente, se ha pensado en estos dos elementos como fuerzas independientes, con la razón siendo el capitán que intenta mantener el curso en aguas turbulentas de la irracionalidad emocional. Sin embargo, esta visión clásica omite una verdad fundamental: ambos remos son esenciales para mantenernos a flote y guiarnos hacia decisiones seguras y saludables.
- El Razonamiento, ese proceso lógico y analítico, nos permite pesar opciones, evaluar consecuencias y planificar hacia el futuro. Es nuestra brújula, ofreciéndonos una dirección basada en el conocimiento y la experiencia previa y la estructura cerebral mayormente involucrada es la corteza prefrontal
- Las Emociones, por otro lado, son casi instintivas, automáticas, sin que medie nuestra voluntad consciente y se acusan en el cuerpo, produciendo sensaciones físicas.Las emociones nos proporcionan información vital sobre nuestro entorno, nuestras relaciones y nuestros valores más profundos. La principal estructura cerebral involucrada es el hipocampo
El Encuentro de dos opuestos
Tal y como hemos visto, el razonamiento y las emociones parecen muy alejadas entre sí, no obstante, Antonio Damasio, con su teoría, revolucionaria cómo nos entendemos y cómo entendemos el cerebro ya que nos propone reconsiderar cómo interactúan la razón y la emoción en el proceso de toma de decisiones. Su teoría del marcador somático nos ofrece una perspectiva diferente sobre las conexiones del sentir y el pensar, proponiendo que las emociones y los sentimientos no son solo complementos del razonamiento sino componentes esenciales de este.
El Origen de los Marcadores Somáticos
Damasio introduce el concepto de los “marcadores somáticos” como señales físicas y emocionales que se activan ante ciertas experiencias o recuerdos. Imagina que, al pensar en una decisión pasada que resultó en consecuencias negativas, se sienten sensaciones físicas. Por ejemplo, sientes una punzada de ansiedad o un nudo en el estómago. Esa sensación desagradable es un marcador somático, una señal interna que te advierte sobre ciertos caminos basándose en experiencias pasadas y que se procesan a un nivel subconsciente.
Entonces, estas sensaciones que emergen sin analizar la situación en concreto, ¿cómo puede ser que influyan en el razonamiento consciente? Pue estos marcadores en realidad actúan como atajos que nos influyen en nuestra percepción general del problema llevándonos a tomar decisiones rápidas y eficientes sin tener que analizar detenidamente cada posible resultado. Por ejemplo, si vamos paseando por el campo y nos cruzamos con un escorpión en nuestro camino, no necesitaremos inspeccionarlo para catalogar la especie, buscar en nuestra memoria si es venenos o si ataca sin mediar provocación o no, simplemente daremos un salto a un lado sin pasar por un proceso analítico de la especie del escorpión en relación con nuestra posición actual. Cuando te enfrentas a una decisión, tu cerebro hace algo parecido: revisa rápidamente tus experiencias pasadas en busca de marcadores somáticos asociados y si una opción potencial trae consigo recuerdos cargados de emociones negativas, es probable que te inclines a evitarla, y viceversa.
Marcadores Somáticos en la Vida Cotidiana
Considera la última vez que tuviste que tomar una decisión importante, como elegir entre dos ofertas de trabajo. Una oferta podría ser lógicamente la mejor en papel, ofreciendo mejor salario y beneficios. Sin embargo, algo sobre la segunda opción te hace sentir más esperanzado y emocionado, tal vez debido a la cultura de la empresa o a las oportunidades de crecimiento personal. Estas sensaciones que en principio parecen puramente intuitivas, juegan un papel crucial en tu proceso de toma de decisiones final. ¿Alguna vez has oído aquello de que hay que hacerle caso al corazón y no a la razón? Pues se refiere a que aquello que llamamos corazón ha examinado sin que te des cuenta cientos de situaciones de tus experiencias anteriores y ya ha tomado una decisión.
La Negociación entre Razón y Emoción
La teoría de Damasio nos enseña que la negociación entre la razón y la emoción es más una colaboración que un conflicto. Al reconocer y entender nuestros marcadores somáticos, podemos gestionar mejor las montañas de decisiones que enfrentamos cada día. Esto no significa dejarse llevar ciegamente por nuestras emociones, sino integrar esa sabiduría emocional innata en nuestro día a día.
La teoría del marcador somático: Una nueva perspectiva
La teoría del marcador somático, propuesta por Antonio Damasio, se introdujo en la literatura científica y académica en su influyente obra “El error de Descartes: La emoción, la razón y el cerebro humano”, publicada en 1994. En este libro, Damasio desafía la larga tradición dualista que separa mente y cuerpo, razón y emoción, argumentando en cambio que la emoción juega un papel integral en la formación de la razón y el pensamiento racional.
Damasio apunta que los marcadores somáticos son esencialmente señales biológicas que se activan en respuesta a una situación o recuerdo específico, tal y como hemos visto anteriormente, influyendo en la toma de decisiones al marcar ciertas opciones como deseables o indeseables. Estos marcadores están arraigados en el cuerpo, manifestándose a través de cambios en la respuesta corporal, como el ritmo cardíaco, la sudoración, falta de aire o una sensación visceral. Su función es ayudar al cerebro a evaluar rápidamente las posibles consecuencias de una acción sin necesidad de un análisis detallado y deliberado o, al menos, nos ofrecen un estudio preliminar sin gastar recursos.
Por ejemplo, si has tenido una mala experiencia al hablar en público, solo pensar en volver a hacerlo podría activar marcadores somáticos: un aumento del ritmo cardíacos, una sensación de náuseas o sudoración repentina. Estas respuestas físicas las usa la mente racional como imput e influyen en la percepción sobre un posible peligro o incomodidad, influyendo a su vez en tu decisión de evitar situaciones similares en el futuro.
Marcadores Somáticos y la Vida Cotidiana
Como hemos visto, la relevancia de los marcadores somáticos se extiende mucho más allá de las situaciones de alto riesgo o estrés. Influencian nuestras decisiones diarias, desde qué comer, a quién consideramos amigo o rival, hasta decisiones profesionales complejas. La intuición, ese “sentimiento visceral” sobre la corrección o error de una decisión, está profundamente conectada con los marcadores somáticos. Damasio sugiere que la “intuición” es, en muchos casos, el resultado de nuestros cerebros que leen y responden a estas señales emocionales acumuladas a lo largo de nuestras vidas. De modo que el marcador somático se encuentra muy presente en nuestras vidas y la mayoría de las personas lo reconocen por su propia experiencia en seguida, es una de las teorías más fáciles de entender porque todas las personas tenemos bastante presente esa experiencia de mezcla de emoción y razón.
Seguramente, mientras el lector recorría estas palabras, le han venido a la memoria varias situaciones en su vida en las que el marcador somático ha estado muy presente y que, pese al paso de los años, no ha olvidado, de la misma manera que reconocerá rápidamente la próxima vez que las emociones le entreguen un resumen a la razón para que ahorre tiempo.
